jueves, 4 de junio de 2015

·         ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA FORMACIÓN SOCIAL GUATEMALTECA:

El enfrentamiento interno de 36 anos que concoció Guatemala se caracterizó por su extrema crueldad y la masiva violación de derechos humanos, insertándose en la historia de un país en el cual se han sucedido con pocas excepciones, conflictos armados internos, gobiernos autoritarios, así como de irrespeto a los derechos fundamentales de la persona.
Se trata, de una nación que ha tenido pocos ejercicios en la democracia, en el aprendizaje de la ciudadanía y que ha interiorizado una cultura de violencia. Inclusive los decursos de modernización, como la reforma liberal de los años 70 del S. XIX, que incorporó a la economía al mercado mundial y que estableció un Estado moderno, no han ido acompañados de la democratización política. El Estado se reprodujo como expresión de intereses de las élites económicas, originalmente oligarquías basadas en el sector agrario. [Comisión de Esclarecimiento,1996] Fue igualmente un Estado altamente centralizado, donde el gobierno central concentraba las decisiones políticas y económicas y que manifestaba macrocefalia en cuanto a la ubicación de la inversión social y de los servicios estatales, en las grandes áreas urbanas o zonas de interés para las elites económicas dominantes.
Carente de legitimidad y dependiendo por ello de la capacidad de su aparato represivo para el control social, el Estado ha sido fundamentalmente excluyente.
La exclusión se ha manifestado en varios niveles. En el político,por la sucesión de dictaduras tradicionales y de gobiernos autoritarios con componente militar, instaurados o por medio de golpes de Estado o de fraudes electorales. En el social, debido a que al haber sido el Estado expresión de intereses oligárquicos, se mantuvieron altos niveles de concentración del ingreso y de los medios de producción, con la consiguiente falta de acceso de los habitantes a los satisfactores vitales básicos. [Torres-Rivas, 1999]
Pero el nivel más profundo de la exclusión se constituyó en el campo de las relaciones Interétnicas. Guatemala es uno de los pocos países latinoamericanos cuya población indígena originaria, mantuvo y reprodujo su cultura y su importancia numérica a través de las diversas etapas históricas.
Aún para el año 2004 se estimaba que la población indígena constituye el 45 % de los habitantes, y que se hablan con diversa cobertura, cerca de 22 idiomas y lenguas indígenas. Pese a su importancia, ese segmento de los guatemaltecos se encuentra entre los más marginados. El poder político y económico ha estado tradicionalmente concentrado en el segmento poblacional no indígena, conocido localmente como ladino.

·         LOS PUEBLOS ORIGINARIOS Y LOS PROCESOS DE COLONIZACIÓN. LOS ANTIGUOS MAYAS, LOS QUICHÉS, MAMES Y CAKCHIQUELES.
Los mayas del tiempo de la conquista (1)
Descendientes directos, conocedores de la historia, guardianes de varios textos históricos culturales, políticos, artistas y guerreros, estos grupos ya no habitaban las mega ciudades mayas, sino vivían en ciudades más diseñadas para uso social y poblacional. Tikal estaba abandonada al igual que Calakmul (en México, ciudad comparable y eterna enemiga de Tikal), Uaxactún, El Mirador, Dos Pilas, etc. Todas las ciudades abandonadas. Nuevas ciudades eran el centro de la vida maya.

Conocedores de secretos pero en menor parte que los mayas originales, estos grupos separados y en guerra entre sí, fueron los que se enfrentaron a la conquista española. Sin duda la historia hubiese sido diferente si los españoles no hubieran encontrado tal separación y tantos conflictos entre los descendientes de los mayas.


Los mayas en época de grandes pérdidas (2)
Los españoles con su movimiento de colonización, esclavitud y cristianización, se dedicaron a reducir la resistencia maya para luego privarlos de su sistema de educación tradicional, por ende, separaron pueblos, aislaron y eliminaron a grandes personalidades mayas (guías, maestros, sacerdotes, reyes, tatas, etc.) 

Se instituyó el nuevo sistema de educación y se les prohibió (bajo amenaza de muerte) la educación tradicional donde se aprendía la lectura, idioma y escritura maya.

Diego de Landa (religioso de la época junto a otros más en distintas regiones) tenían la misión de cristianizar y velar que los escritos ancestrales, culturales y tradicionales (entre ellos códices) fueran destruidos. Fue con esta bárbara destrucción que se perdieron grandes conocimientos y se creó una enorme interrupción en la herencia de la historia maya.

Esto ayuda a comprender en gran parte el por qué los mayas de hoy no nos pueden dar explicaciones de la historia antigua y sus misterios.

·         SOCIEDADES INDÍGENAS PRE CLASISTAS Y TRANSICIÓN A LAS SOCIEDADES DESPÓTICO TRIBUTARIAS. 
Es importante, hacer referencia, que durante el período del desarrollo de las ciencias de la cultura maya (preclásico tardío) hasta en el momento del reacodomo de las relaciones de producción (posclásico temprano), se produjeron rasgos del sistema despótico tributario, aplicado sobre los grupos subalternos llamados maceguales, quienes tenían que tributar en especie y en trabajo para el sostenimiento de las personas que se dedicaban a la observación de los astros, los que se dedicaban a la arquitectura, la escritura, etc. esto quiere decir que existió de alguna forma rasgos de clases sociales.
Se le denomina Despótico Tributario, porque existió un soberano el Halach Winic quien es el responsable de toda la comunidad y quien vela por la recaudación de los tributos a los miembros que habitaban en la Ciudad Estado y de las comunidades bajo su control, que de alguna manera es una explotación del hombre por el hombre no de manera personal sino de manera colectiva. Los artículos y producción recaudada no lo consumía únicamente el soberano, sino es distribuida a los que están dedicados a los estudios de la astronomía, a los sacerdotes mayas, a los médicos, arquitectos, etc. Para que las personas dedicados a estos trabajos y estudios se especialicen en la materia. Pero no se alcanzó una esclavitud como lo señalan unos autores.
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      LA CONQUISTA

La conquista de Guatemala fue un conflicto que forma parte de la colonización española de América en el territorio de lo que hoy es la república de Guatemala en América Central. Antes de la conquista, este territorio comprendía varios reinos mesoamericanos, la mayoría de los cuales pertenecía a la civilización maya. Muchos conquistadores vieron a los mayas como «infieles» que necesitaban ser pacificados y convertidos a la fuerza al cristianismo, sin tener en cuenta los logros de su civilización.2 El primer contacto entre los mayas y los exploradores europeos se dio en el siglo xvi, cuando un barco español que navegaba de Panamá a Santo Domingo naufragó en la costa este de la península de Yucatán en 1511.2 En 1517 y 1519 siguieron varias expediciones españolas que tocaron tierra en diferentes partes de la costa de Yucatán.3 La conquista española del territorio de los mayas fue un conflicto prolongado que duró casi dos siglos4 por la tenacidad de la resistencia de los reinos mayas a su integración en el imperio español.5
La tecnología y las tácticas españolas y nativas eran muy diferentes. Los pueblos indígenas de Guatemala no solamente carecían de elementos claves de la tecnología del Viejo Mundo como una rueda funcional, caballos, hierro, acero y pólvora, sino que también eran muy susceptibles a las enfermedades del Viejo Mundo contra las cuales no tenían ninguna resistencia. Los mayas preferían las incursiones y la emboscada a la guerra a gran escala, y utilizaban lanzas, flechas y espadas de madera con hojas de obsidiana. Los xincas de la llanura costera del sur utilizaban flechas envenenadas. En respuesta a la caballería española, los mayas del altiplano recurrieron a cavar hoyos con estacas de madera. Los españoles vieron la toma de prisioneros como un estorbo para la victoria final; en cambio, los mayas dieron prioridad a la captura de prisioneros vivos y la apropiación de botín.
Pedro de Alvarado llegó a Guatemala a principios de 1524 al mando de una fuerza mixta compuesta de conquistadores españoles y sus aliados nativos, en su mayoría de Tlaxcala y Cholula. Los nombres geográficos a lo largo de Guatemala tienen topónimos en náhuatl debido a la influencia de estos aliados mexicanos que también sirvieron como guías y traductores para los españoles.6 Al inicio de la conquista, los kakchiqueles se aliaron con los conquistadores, pero pronto se rebelaron contra las excesivas exigencias tributarias de los españoles; no se rindieron hasta 1530. Mientras tanto, cada uno de los demás reinos mayas del altiplano había sido derrotado por los españoles y sus guerreros aliados, tanto de México como de los reinos mayas previamente subyugados. El pueblo itza' y otros pueblos mayas de las tierras bajas en la cuenca del Petén establecieron contacto con Hernán Cortés por primera vez en 1525, pero el reino itza' era hostil a la invasión de los españoles y mantuvo su independencia hasta 1697, cuando un resuelto ataque de los españoles finalmente derrotó el último reino maya independiente.

·         PERÍODO COLONIAL
Guatemala  se distingue de ser un país muy rico en recursos naturales, también se distingue de ser un país Pluricultural y Multibilingüe, en donde cada etnia o raza se caracteriza por su historia. Años  atrás,  entre 1524-1821 vivió una temporada a la que se llamo época colonial basándose como la explotación económica de un territorio y del trabajo de los  habitantes de este. La esclavitud, constituyente en el dominio absoluto sobre una persona, fue un fenómeno  que se conoció no solamente en nuestro país Guatemala, sino también en los demás, y  países del viejo mundo (España, Portugal, áfrica, Rusia  etc.). Tal fenómeno arrasó con la vida de muchos nativos de muchos países, incluyendo el nuestro, siendo usados como muebles, siendo vendidos y usados para mano de obra. los españoles en innumerables ocasiones abusaron de los nativos, no solamente de sus libertades sino de su condición digna. para los cuales hubieron algunos  que defendieron los derechos de estos, como lo fueron los frailes, como fray Bartolomé de las casas, defensor de los derechos de los nativos. La encomienda, que tuvo un peso especifico  en el proceso de la conquista y la colonización de Guatemala. La encomienda  comprendía un núcleo de indios, entregados a un particular por el término de la vida de éste y con frecuencia de la de uno o más sucesores, con el compromiso de suministrarles víveres, ropas y habitación, y de educarlos, beneficiándose en retribución, con su trabajo o el pago de un tributo.
Un régimen colonial, en términos generales, aplicables también a la situación que prevaleció en el Reino de Guatemala entre 1524 a 1821, se puede concebir, en esencia, como la explotación económica  de un territorio y del trabajo de los habitantes de éste, que anteriormente gozaron de autonomía. En el caso de la sociedad colonial de Guatemala  es decir, durante el periodo comprendido de 1524 a 1821, el aparato económico, estrictamente considerado, descanso principalmente  a las siguientes columnas  institucionales: Esclavitud, Encomienda, Repartimiento, servicios personales, propiedad y utilización de la tierra, administración de la hacienda pública, tecnología, trabajo artesanal y comercio. Básicamente, sin embargo, en Guatemala , el régimen colonial gravitó en el trabajo de los nativos , ya que los móviles generales  de la conquista , las coacciones  en que esta se realizó  y la propia situación económico social  de España  y de la propia colonia . LA ESCLAVITUD DE LOS INDIOS El dominio casi absoluto de una persona sobremanera , equivalente a un derecho de propiedad  que traduce en la anulación  de la libertad , la personalidad  y otros derechos individuales  de quien ocupa la posición de esclavo , fue un fenómeno que, con ligeras variantes , se conoció en todos los continentes , inclusive África , y casi de manera ininterrumpida  desde la antigüedad . En el siglo XVI  se conocía en las sociedades del viejo mundo, así como en las sociedades mesoamericanas  con la Pre conquista. En estas últimas, el estrato de los esclavos se integraba, principalmente con prisioneros  de guerra  o criminales condenados por la sociedad, pero los hijos de unos y otros no necesariamente heredaban tal condición. En algunas zonas también se obtenían esclavos  mediante compra, el cobro de tributos  por los señores o bien  por la comisión de varios y diversos delitos.  Se les reconocía por su posición inferior en los procesos productivos  por supuesto y , en algunos casos, por la correspondiente “MARCA”   en la cara y en los brazos , tal como se hacía en Nicaragua , por ejemplo donde se usaba, para tales efectos , un polvo negro hecho de carbón  de pino que se frotaba  en una cortada hecha  la cara o en un brazo , para que la seña persistiera  después de sanada la herida . Esta práctica  de la marcación fue continuada  por los españoles después  de 1524. Estos en efecto  redujeron a la esclavitud  a muchos nativos en los años cruciales  de la conquista y utilizaban una “G”   para marcar a los esclavos  obtenidos en guerra , y una especie de “R”  compuesta ,  para los llamados  “ESCLAVOS DE RESCATE” . Estos últimos  eran precisamente los que ya tenían tal condición  en las sociedades prehispánicas, y de cuya existencia anterior  persisten pruebas documentales, pictográficas y lingüísticas  en la actualidad. Estas pruebas  se refieren  a casi todo el territorio de la antigua Mesoamérica  y, en muchos casos, ponen de manifiesto ciertas prácticas  de excesiva crueldad  asociadas a la esclavitud  de aquella época. Como en otras partes del viejo mundo, en la Guatemala prehispánica  la esclavitud implicaba un derecho u derecho de propiedad sobre la persona  del esclavo, lo que incluía los frutos del trabajo, así como la privación de la vida  de éste si se trataba de uno propio, o de una obligación de resarcimiento en el caso de uno ajeno.   Desde entonces, se tomaron medidas efectivas para que tal practica no continuara, y se ordeno la liberación de muchos indígenas que se conservaban bajo dicho régimen. Es justo reconocer, por otra parte, que también hubo fuertes voces de crítica, de denuncia, de abierta condena  a la política esclavista que España y los colonos españoles  desarrollaron en América central. Entre tales voces , a pesar de que había  también religiosos  comprometidos en dichas practicas , destacaron la del licenciado  Cristóbal de Pedraza , protector de los indios y Obispo de Honduras , quien envió una cruda” Información “ sobre la situación esclavista en ese país  y por supuesto la voz implacable  de celebérrimo Fray Bartolomé de las Casas. Y en España, precisa decirlo, algún eco tuvieron aquellas voces  detonantes, cuando menos en el ámbito  del “debe ser” inherente a las leyes nuevas. Otra modalidad  irregular, entre los muchos  procedimientos  usados para burlar el precario control de la práctica esclavista, consistió en la venta, en calidad de esclavos, de muchos indios sometidos al régimen  de la encomienda. Estos por definición , eran individuos libres , con la única obligación  del pago del tributo a su encomendero, pero este,  en componenda  con funcionarios,  religiosos , traficantes  y eventualmente  con los caciques locales , se las ingeniaba para participar  en el mercado de esclavos , a expensas de la libertad  de sus encomendados  y del ingreso  regular que constituía  el tributo   LA ESCLAVITUD DE LOS NEGROS: Los primero núcleos de esclavos negros, paradójicamente se localizaron en el propio continente africano. Desde una época no precisada, y como consecuencia de guerras intertribiales o de peculiares estructuras socioeconómicas, unos negros eran sometidos a la esclavitud  por otros de sus congéneres, tal como ocurrió en el propio contexto  de las sociedades precolombinas de América. En aquellas circunstancias primigenias , la esclavitud era fuente de mano de obra  y de prestigio social para los amos, pero en los procesos productivos  generales no alcanzo  la importancia  y la envergadura  que la caracterizaron  cuando comenzó el trafico  trasatlántico , derivado este de la expansión colonizadora  de las potencias occidentales .


  • . EL PROCESO DE CONQUISTA.

La conquista de Guatemala fue un conflicto que forma parte de la colonización española de América en el territorio de lo que hoy es la república de Guatemala en América Central. Antes de la conquista, este territorio comprendía varios reinos mesoamericanos, la mayoría de los cuales pertenecía a la civilización maya. Muchos conquistadores vieron a los mayas como «infieles» que necesitaban ser pacificados y convertidos a la fuerza al cristianismo, sin tener en cuenta los logros de su civilización.2 El primer contacto entre los mayas y los exploradores europeos se dio en el siglo xvi, cuando un barco español que navegaba de Panamá a Santo Domingo naufragó en la costa este de la península de Yucatán en 1511.2 En 1517 y 1519 siguieron varias expediciones españolas que tocaron tierra en diferentes partes de la costa de Yucatán.3 La conquista española del territorio de los mayas fue un conflicto prolongado que duró casi dos siglos4 por la tenacidad de la resistencia de los reinos mayas a su integración en el imperio español.
La tecnología y las tácticas españolas y nativas eran muy diferentes. Los pueblos indígenas de Guatemala no solamente carecían de elementos claves de la tecnología del Viejo Mundo como una rueda funcional, caballos, hierro, acero y pólvora, sino que también eran muy susceptibles a las enfermedades del Viejo Mundo contra las cuales no tenían ninguna resistencia. Los mayas preferían las incursiones y la emboscada a la guerra a gran escala, y utilizaban lanzas, flechas y espadas de madera con hojas de obsidiana. Los xincas de la llanura costera del sur utilizaban flechas envenenadas. En respuesta a la caballería española, los mayas del altiplano recurrieron a cavar hoyos con estacas de madera. Los españoles vieron la toma de prisioneros como un estorbo para la victoria final; en cambio, los mayas dieron prioridad a la captura de prisioneros vivos y la apropiación de botín.
Pedro de Alvarado llegó a Guatemala a principios de 1524 al mando de una fuerza mixta compuesta de conquistadores españoles y sus aliados nativos, en su mayoría de Tlaxcala y Cholula. Los nombres geográficos a lo largo de Guatemala tienen topónimos en náhuatl debido a la influencia de estos aliados mexicanos que también sirvieron como guías y traductores para los españoles.6 Al inicio de la conquista, los kakchiqueles se aliaron con los conquistadores, pero pronto se rebelaron contra las excesivas exigencias tributarias de los españoles; no se rindieron hasta 1530. Mientras tanto, cada uno de los demás reinos mayas del altiplano había sido derrotado por los españoles y sus guerreros aliados, tanto de México como de los reinos mayas previamente subyugados. El pueblo itza' y otros pueblos mayas de las tierras bajas en la cuenca del Petén establecieron contacto con Hernán Cortés por primera vez en 1525, pero el reino itza' era hostil a la invasión de los españoles y mantuvo su independencia hasta 1697, cuando un resuelto ataque de los españoles finalmente derrotó el último reino maya independiente.

La crisis de la vida colonial

Las relaciones entre las distintas clases sociales, y aun dentro de ellas mismas, crearon tensiones y conflictos.
Los blancos criollos o mantuanos representaban a la clase dominante.
Los principales conflictos suscitados fueron:‡ Entre esclavos y blancos criollos: se manifestaron en fugas y rebeliones de esclavos, que no llegaron a tener éxito.‡ Entre pardos y blancos criollos: los pardos, encontraron en los criollos uno obstáculo para su desarrollo, por cuanto éstos impedían su ascenso económico y social.
Los pardos aspiraban a disfrutar de los mismos privilegios económicos, sociales y políticos.‡ Entre los blancos criollos y los blancos peninsulares: el monopolio metropolitano impedía el desarrollo económico de los criollos al no permitirles libertad de comercio e industria; igualmente se impedía la participación política de los criollos al limitarles su representatividad.
La crisis de la sociedad colonial venezolana tuvo su expresión en diversos movimientos insurrecciónales y rebeliones:‡ Entre los movimientos dirigidos por pardos y negros en contra de los hacendados criollos podemos mencionar la llamada confabulación de Miguel
Luengo en 1747, laconjura de los negros del centro en 1749 y el alzamiento del negro Guillermo entre1771 y 1774.‡ Otros movimientos: a)
La revuelta de Andresote entre 1730 7 1773, el motín de San Felipe en 1741, y el movimiento de Juan Francisco de
León entre 1749 7 1751. b)
Los llamados movimientos pre-independentistas, que planteaban cambios radicales, pero que sólo fueron apoyados por los criollos cuando los principios sustentados por los insurgentes no afectaban sus intereses económicos y sociales. c)
La insurrección de José
Leonardo
Chirino; es considerada como el primer intento independentista que se desarrolló en Venezuela en 1795.
Chirino proclamó la República, la libertad de los esclavos, la supresión de los impuestos y la
Ley de los Franceses, pero fue rápidamente sofocada por las autoridades.
A principios del siglo XIX existían una serie de condiciones propicias para que los criollos iniciaran la lucha por la independencia. Sin Embargo, un hecho coyuntural aceleró el proceso: la invasión napoleónica a España en 1808, que destruyó la autoridad y el control del gobierno español sobre sus colonias. Es por eso que los movimientos independentistas en América hispánica estallaron sólo después de esa invasión.



  •  LA ÉPOCA COLONIAL Y LA DESARTICULACIÓN ECONÓMICA Y POLÍTICA DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS.
La permanencia de la Conquista como un hecho festivo por la importancia que significó para nuestros pueblos, se ha visto afectada por nuevos movimientos culturales que proponen una nueva construcción histórica de lo acontecido a partir de la llegada del europeo a las tierras americanas. Sin embargo persisten las expresiones “Descubrimiento de América”, “Nuevo Mundo”, “Nuevo Continente” o el llamado “Encuentro de dos culturas” que intentó quitarle matices valorativos negativos a la conmemoración del hecho. La historia de los pueblos indígenas americanos fue signada por el exterminio físico y cultural, la opresión política, la explotación económica y la apropiación de sus recursos por la administración colonial a través de distintas modalidades según épocas y regiones (Radovich y Balazote, 1992: 9). El proyecto territorial de la “Conquista” consistió en la delimitación de fronteras que separaban al europeo del indio, que se fueron expandiendo para limitar el territorio de los pueblos originarios en la etapa de los Estados modernos

  •  LA OPRESIÓN CULTURAL Y POLÍTICA Y LA RESISTENCIA DE LOS PUEBLOS.

El día de la resistencia indígena


La conmemoración del arribo de Cristóbal Colón a las costas del continente americano en 1492 sigue siendo motivo de interpretaciones y polémicas. Los herederos culturales de los conquistadores europeos, lo consideran el inicio de la "civilización" en estas tierras. En cambio, para los pueblos indios fue el comienzo de una guerra de exterminio que impuso un régimen colonial, al que se opusieron de manera directa o soterrada. Más de 500 años después, muchos pueblos originarios preservaron su identidad comunitaria, vigorizada por constantes rebeliones y la resistencia cultural. Esta fecha recuerda hoy el nuevo ciclo de movimientos indígenas que asumieron un papel como forjadores de su porvenir 

Hace tiempo el parlamento del pueblo Aymara declaró el 12 de octubre como "día de la desgracia" al recordar los "cinco siglos de vivir en la incertidumbre, infortunio y sojuzgamiento de nuestras libertades fundamentales".

"Puestos de pie, al cabo de más de cinco siglos de la funesta hazaña de Cristóbal Colón, evocamos la grandeza de nuestros ancestros", suscribieron los representantes aymaras. Al igual que otros pueblos originarios del continente, ratificaron que "no han podido acabar con nuestras aspiraciones a la libre determinación de un pueblo milenario con civilización y cultura cósmica".

Si el Día de la Raza celebra el mestizaje de las culturas india, negra y europea que produjo la conquista de América, en los últimos años, esa fecha se convirtió en el símbolo de la reconquista cultural y política de los pueblos indígenas.

Durante siglos prevaleció "la visión de los vencedores" y la justificación de la ocupación y el sojuzgamiento de las poblaciones nativas bajo el argumento de que las "civilizaron".

En décadas recientes el movimiento indígena logró una visibilización que puso en cuestión esta idea y puso en el centro del debate sus consecuencias sociales y culturales para los pueblos indios.

Al cumplirse 500 años del arribo del marino genovés a las costas del Caribe, se produjo un punto de quiebre que significó una victoria cultural de los indígenas.

  •  LA CRISIS DE LA VIDA COLONIAL.

CRISIS Y REORGANIZACIÓN DEL IMPERIO COLONIAL
Se trataba de un Imperio venido a menos y que había llegado a ser el más grande del mundo y que convertirá,  desde el inicio del siglo XIX, con la independencia de las colonias americanas, a  España en un “imperio de segunda”.
Hacia fines del siglo XVIII, la metrópoli colonial atravesaba problemas económicos y políticos, entre ellos, la derrota de sus ejércitos en las guerras europeas. A partir de entonces, aumentaron los conflictos y dio comienzo a la crisis del orden colonial.-Los indicadores de la crisis: Desde las primeras décadas del siglo XVIII, la corona española había comenzado a desatender a sus colonias en américa, profundamente endeudada e involucrada en las guerras europeas, no solo se hallaba imposibilitada de abastecerlas de los profundos manufacturados que estas requerían, sino también de defenderlas ante las posibles agresiones extranjeras. Los principales indicadores de la crisis por las que atravesaba el orden colonial español fueron:-La imposibilidad del gobierno metropolitano para continuar controlando eficazmente su imperio, el crecimiento de la autonomía económica de las colonias americanas, la relativa autosuficiencia defensiva y la presión de otras potencias europeas.-Las reformas monárquicas frente a la crisis: Con el objeto de superar el estancamiento económico, modernizar la economía y las principales instituciones y ,a la vez, recuperar el control sobre las colonias, el rey Carlos III de la familia de los borbones aplico un conjunto de reformas políticas y económicas que se denominaron reformas borbónicas, varias fueron las medidas llevadas a cabo por el gobierno español en el territorio americano y que afectaron al orden colonial, entre ellas, las más importantes fueron:-Ampliación y reorganización de la fuerza militar, subdivisión del territorio, reorganización del comercio colonial, expulsión de los jesuitas del continente americano y descentralización del cobro de los impuestos.

·         “DE LA INDEPENDENCIA DE 1821 A LA DICTADURA DE JORGE UBICO”.

1821: Gabino Gainza, capitán general, fue el que proclamo la independencia. 1822-1823: Guatemala pasó temporalmente ser parte integral de México por la caída del imperio de Agustín Iturbide. 1823-1838: Guatemala formo parte de la Provincias Unidas de Centroamérica y pronuncio mantener poder sobre la política del periodo colonial, esto provoco la guerra civil de 1826-1829 y también la ocupación por tropas federales. Mariano Gálvez con su liberalismo fue atacado por la nobleza criolla y la iglesia, que respaldaron la insurrección de Rafael Carrera, con la victoria comenzó la desintegración de la unión.

De Carrera al Liberalismo. 1838-1865: el ultraconservador Rafael Carrera fue el domínate de la Política guatemalteca al lado de la nobleza criolla, con el apoyo del pueblo campesino que se dedicaba al cultivo del nopal y la cochinilla. El en año 1847 Guatemala fue declarada como la Republica de Guatemala. 1871: Con la Revolución Liberal abrió el camino al gobierno de Justo Rufino Barrios (1873-1885), esto estableció cambios drásticos y fue el inicio de la privatización de la tierra, un demandado de la oligarquía del café. Esta reforma Liberal no dio un cambio real en el proceso político porque el poder siguió al mando de las autocracias. Por ejemplo el gobierno liberal de Manuel Estrada Cabrera (1898-1920), favoreció a la compañía bananera estadounidense United Fruit Company, que fue establecida en 1901 en el país de Guatemala.

La Suceso Populista
1931-1944: El dictador Jorge Ubico fue apoyado por la compañía bananera, que en su gobierno United Fruit Company paso ser la compañía más importante de Guatemala. 1944: Jorge Ubico fue derrocado por un movimiento populista que fue encabezado por Intelectuales, profesionales y oficiales del ejército. Este suceso abrió una etapa de reforma social que fue iniciada por Arévalo (1944-1950) y cuando tomo acceso la presidencia Jacobo Arbenz, esta reforma social tomo rapidez y anunció la reforma agraria (1952). 1954: Castillo Armas con la ayuda de la CIA y la compañía United Fruit Company derrocaron a Jacobo Arbenz y la reforma agraria.


·         CLASE SOCIAL Y LUCHA DE CLASES EN EL MOVIMIENTO DE INDEPENDENCIA.
La lucha de clases es un concepto o una teoría que explica la existencia de conflictos sociales como el resultado de un supuesto conflicto central o antagonismo inherente a toda sociedad políticamente organizada entre los intereses de diferentes sectores o clases sociales. Para muchos tal conflicto resulta un cambio o progreso político y social
La estructura y naturaleza de las relaciones económicas, culturales y sociales en Guatemala han sido profundamente excluyentes, antagónicas y conflictivas; reflejo de su historia colonial que desde la independencia de 1821 impulsada por la élite del país, se configuró un Estado autoritario y excluyente de las mayorías, racista en sus preceptos y en su práctica, que sirvió para proteger los intereses de los restringidos sectores privilegiados

·          LA REPÚBLICA FEDERAL Y EL GOBIERNO DE RAFAEL CABRERA.

La República Federal de Centro América fue una federación formada el 22 de noviembre de 1824 que comprendía los Estados de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica -y desde 1838 Los Altos, cuya capital eraQuetzaltenango-. Fue disuelta en 1838 y cada estado se convirtió en una república, salvo por Los Altos (Asociación de Amigos del País, 2004).
 José Rafael Carrera y Turcios (Ciudad de Guatemala, 1814 - ibídem, 14 de abril de 1865) fue un caudillo militar guatemalteco, Jefe de Estado (1844-1847) y presidente vitalicio de la República de Guatemala (1847-1848; 1851-1865). Probablemente el mayor representante de la tendencia conservadoraen Centroamérica del siglo xix. Fue el máximo dirigente que luchó contra el Presidente Liberal de la Federación Centroamericana, Francisco Morazán, y se le considera el principal causante de la disolución de dicha Federación al impedir que los liberales despojaran a los conservadores de los privilegios de que hasta entonces disfrutabanNota 1 aunque logró equilibrarlo con concesiones a los indígenas guatemaltecos —con quienes fue sumamente benévolo y respetuoso— y el apoyo de Inglaterra, lo que llevó a la población guatemalteca a disfrutar de cierta prosperidad durante su gobierno.2 Desde su ascenso al poder, permaneció gobernando directa o indirectamente, mediante presidentes propicios para esto, con apoyo de religiosos y conservadores. Se constituyó como presidente vitalicio, y a pesar de la oposición liberal, se mantuvo en el cargo hasta su muerte.
Varios sucesos internacionales condicionaron el gobierno del general Carrera. La Guerra de Secesión de los Estados UnidosNota 2 y la expansión deInglaterra particularmente en Belice, Roatán en Honduras y el Reino de Mosquitia en Nicaragua. Asimismo, la ocupación militar de México por los Estados Unidos que dio como resultado la incorporación a este país de cerca de 900 000 km² mexicanos y la Guerra de Castas en Yucatán, que se inició en 1847 y que enfrentó a las etnias mayas de la localidad contra los criollos y mestizos y se prolongó hasta 1901.3 Posteriormente, ya cuando los Estados Unidos eran dueños de California, la «fiebre de oro» en ese estado norteamericano y la declaración de Nicaragua como un Estado más de los Estados Unidos —esclavista y hablando inglés—, gobernado por William Walker, y que desencadenó la Guerra contra los Filibusteros.
Localmente, el principal obstáculo que enfrentó el general Carrera fue el deseo del general Francisco Morazán de someter a los conservadores de Guatemala e imponer una Unión Centroamericana dirigida por liberales.
En 1837 inició la lucha armada contra el régimen de Francisco Morazán, presidente de las República Federal de Centroamérica; Carrera luchó contra quien gobernaba el Estado de Guatemala, el doctor José Mariano Gálvez, liberal al igual que Francisco Morazán. Fue el máximo dirigente de las fuerzas insurgentes, entre las que se encontraban numerosos indígenas.24 La razón por la que contó con el apoyo de los indígenas fue que el 9 de junio de 1837, el gobierno del Estado de Guatemala había vuelto a implantar el tributo indígena que había sido suprimido desde tiempo colonial por las Cortes de Cádiz en 1820. Los insurgentes empezaron las hostilidades por medio de una guerra de guerrillas: atacando poblaciones sin dar oportunidad de tener encuentros con las tropas del gobierno. Al mismo tiempo, se propagaba la idea de los enemigos clericales de Gálvez, que lo acusaba del envenenamiento de las aguas fluviales para propagar el cólera morbus a la población, cosa que no ocurría sino por el crecimiento poblacional y la poca capacidad de la estructura sanitaria del país. Esta acusación favoreció a los objetivos de Carrera, poniendo a una gran parte de la población en contra de Mariano Gálvez y de los liberales en general.
Entre sus batallas destacan: la del cuartel de Mataquescuintla; la de Ambelis en Santa Rosa, derrotando al ejército comandado por Teodoro Mejía; la del 7 de diciembre de 1837 en la plaza de Jalapa donde fue derrotado; y el 13 de enero de 1838 donde fue atacada la Guarnición de Guatemala. Algunos de estos hechos militares estuvieron acompañados por lamentables hechos cometidos por ambos bandos, como robos, asaltos, allanamientos y asesinatos a gente indefensa. En particular, el gobierno de Gálvez, al enterarse de que Carrera era el líder de la revuelta, invadió Mataquescuintla y capturó a su esposa, Petrona García, a quien los soldados tomaron por la fuerza; al enterarse Carrera, juró vengar el ultraje hecho a su mujer, y acompañado de ésta reinició la lucha con nuevos bríos. Petrona García, inflamada por el deseo de venganza, cometió numerosas atrocidades en contra de las tropas liberales, al punto que muchos correligionarios de Carrera le temían más a ella que al propio caudillo,25 a pesar de que Carrera para entonces mostraba ya los rasgos de liderazgo y pericia militar que lo caracterizarían.
Entre ellos, una carta fue lanzada desde el techo de una de las iglesias, en medio de una vasta congregación de indígenas. Esta carta supuestamente venía de la Virgen María, la cual comisionaba a Carrera a liderar una revuelta en contra el gobierno.26
Para contrarrestar los violentos ataques de la guerrilla campesina, el gobernador del Estado de Guatemala Mariano Gálvez aprobó y luego alabó el uso de la política de tierra arrasada en contra de los pueblos alzados; esto motivó que varios de sus partidarios le aconsejaran que desistiera de esa táctica pues solamente contribuiría a incrementar la revuelta.27 A principios de 1838, José Francisco Barrundia y Cepeda, jefe liberal de Guatemala y decepcionado de la gestión de Gálvez por sus atrocidades, gestionó para llevar a la Ciudad de Guatemala a Carrera, para combatir al Jefe de Estado; Para ese año, la situación en Guatemala era insostenible: la economía se encontraba paralizada por la poca seguridad de los caminos y se llegó al punto en que los liberales negociaban con Carrera para poner fin a este enfrentamiento aunque era inevitable. Gálvez sale del ejercicio del poder el 31 de enero de 1838 ante el «Ejército de los Pueblos» al mando de Rafael Carrera que inicio la penetración en la ciudad de Guatemala con un ejército de entre diez mil a doce mil hombres, luego del acuerdo a que llegó Carrera con Barrundia y Cepeda.
Las tropas victoriosas de Carrera, al grito de «¡Viva la religión!» y «¡Fuera los herejes extranjeros!» y constituidas principalmente por campesinos pobremente armados, tomaron la Ciudad de Guatemala y se dedicaron al pillaje y a destruir los edificios del gobierno liberal, incluyendo el Palacio Arzobispal, que era en donde residía Gálvez y la casa del presentante inglés William Hall.28 Para detener a la turba, Carrera pidió al decano de la Catedral, Antonio Larrazábal, que abriera las puertas del edificio, que habían permanecido cerradas desde 1829; Larrazabal se opuso terminantemente diciendo que al sagrado recinto no ingresaba chusma y mucho menos armada; Carrera entonces le colocó un cuchillo en el cuello y volvió a pedirle que por favor abriera las puertas. Larrazábal dio órdenes para que abrieran el recinto, y la turba lo invadió pero lo respetó y así se calmó el ánimo de la milicia.


·          LA REFORMA LIBERAL.
La Reforma Liberal -también llamada Revolución Liberal de 1871- fue un proceso revolucionario que tuvo lugar en Guatemala en 1871 con el derrocamiento del presidente Vicente Cerna, tras la invasión rebelde de un grupo de personas liberales, comandadas por Miguel Ángel García Granados y Justo Rufino Barrios, entre otros. La reforma incluyó cambios sociales y políticos a partir de ese momento en la historia de Guatemala (Asociación de Amigos del País, 2004).
El 2 de abril de 1871, una acción liberal, capitaneada por Miguel Ángel García Granados y Justo Rufino Barrios invadió Guatemala desde Chiapas -México-, y sostuvo su primer encuentro cn las fuerzas oficiales del Gobierno de Vicente Cerna, en Tacaná. Los revolucionarios eran pocos, pero traían armas más modernas que las utilizadas por las tropas del gobierno, y fueron aumentando su número a medida que se internaban en el país (Asociación de Amigos del País, 2004).
El 8 de mayo, García Granados publicó un manifiesto en el cual indicaba los motivos de la rebelión. Los revolucionarios se proponían terminar con el gobierno dictatorial de Cerna, derogar el Acta Constitutiva, dar libertad a la prensa, reorganizar el ejército y suprimir los monopolios. El 3 de junio los alzados suscribieron en Patzicía, la famosa Acta de Patzicía, por medio de la cual desconocían al Gobierno de Vicente Cerna y se nombraba Presidente Provisorio a Miguel Ángel García Granados. El 30 de junio, el ejército rebelde entró victorioso en la ciudad de Guatemala y Cerna huyó del país (Asociación de Amigos del País, 2004).
No tardó en llevarse a cabo una pugna entre el viejo patriota, García Granados, acostumbrado a los debates parlamentarios y el jóven Barrios, radical y revolucionario. Barrios fue nombrado comandante de la zona occidental del país con sede en Quetzaltenango. En este departamento fundó el periódico El Malacate, tribuna que exponía la necesidad de aplicar una política anticlerical, principalmente contra los jesuitas, a quienes Barrios expulsó de Quetzaltenango. Este hecho suscitó una confrontación entre Barrios y García Granados. Posteriormente, Barrios reunió a todos los jesuitas en la capital, los envió al Puerto de San José y embarcó a 73 de ellos, casi todos extranjeros, con destino a Panamá (Móbil, 2011).
Un año más tarde, cuando Barrios ocupó interinamente la presidencia de la república, expropió sus bienes, por medio del Decreto Número 59, nacionalizando sus propiedades. Lo mismo hizo con la Comunidad de Padres Congregantes de San Felipe Neri. El 7 de junio emitió el decreto número 64, extinguiendo en la república las comunidades de religiosos y declarando nacionales sus bienes (Móbil, 2011).


·          LOS GOBIERNOS OLIGÁRQUICOS CAFETALEROS HASTA LA DICTADURA DE JORGE UBICO.

La reforma liberal de 1871 y el periodo de las dictaduras cafetaleras (1871 - 1944)Luego de la declaración independencia, conservadores y liberales pugnan por el poder 50años. Ambos sectores policos eran expresiones de la clase dominante, si ven con maticesdeferentes. Los consevadores, aliados de la Iglesia Catolica, representaban a la oligarquía mastradicional oscuristas y sin ambiciones de modernización. Los liberales eran un sector enasecenso, mas ilustrado y modernista, que propugnaban por una modernización clasista deaquella sociedad.En ese contexto ocurre la Reforma Liberal. Los liberales organizan un ejercito, con ampliaparticipación popular, luego de una rápida y exitosa campaña militar iniciada en el occidentedel país, llegan a la ciudad de Guatemala, al mando de Justo Rufino Barrios, para asumir elpoder. El poder político pasa, asi, al sector mas modernista y dinamico de la cales dominante,en desmedro de los conservadores y la Iglesia.Wl cultivo sdel café exigia extensiones consederables de tierra y madno de obra avundadnte,especialmente en la recolección, asi como buenas vías de comunicación e instalacionesportuarias, para su trasporte y exportación. La primera medida de los liberales fue incorporarmas tierra a la producción del café: confiscaron las tierras de la Iflesia, de algunosconservafores y en mayor cantidad, de las comunidades indígenas, gran parte de los pueblosde indios se deshicieron, para pasar a depender de la producción del café. Se emitio entoncesel reglamento de Jornaleros, que justificaba en la practica el trabajo forzoso

·         “REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA BURGUESA DE 1944 A 1954”.


 El período de diez años que esta revolución abrió es aún el principal punto de referencia histórico de la izquierda guatemalteca, en especial el gobierno de Jacobo Arbenz Guzmán (marzo 1951-junio 1954). Por esta razón es importante discutir sobre la naturaleza, logros y errores del período.
Las transformaciones sociales a partir de la revolución del 44
Cuando el gobierno despótico de Jorge Ubico y el de su sucesor Ponce Vaidés fueron derrocados en 1944, la economía guatemalteca se encontraba estancada y su base la constituían las plantaciones de café destinado a la exportación, pertenecientes a la oligarquía terrateniente. Esta oligarquía usaba formas semiserviles de explotación de la mano de obra campesina, predominantemente indígena.
La industria y la clase obrera eran casi inexistentes. Una fábrica de cerveza, otra de cemento, algunas empresas textiles conformaban la escasa industria nacional, junto con pequeños talleres artesanales. La principal fuente de trabajo asalariado se centraba en las empresas pertenecientes a la United Fruit Company, como los ferrocarriles, las plantaciones bananeras y la empresa de energía eléctrica, junto con los servicios públicos.
Esto cambió después de octubre del 44. La vanguardia de la revolución la constituyeron elementos de la pequeña burguesía: estudiantes, maestros, profesionales, algunos oficiales jóvenes del ejército, etc. que arrastraron tras de sí a las amplias masas ansiosas de un cambio democrático.
Sectores de esta pequeña burguesía, aprovechando las nuevas condiciones de libertad y democracia que trajo la revolución, su poder político y la apertura económica, empezaron a convertirse en una nueva burguesía comercial e industrial.
A la par surgió una nueva clase obrera que pronto aprovechó las libertades y derechos conferidos por el Código del Trabajo, promulgado en 1947. Surgieron los primeros sindicatos y las primeras huelgas por reivindicaciones salariales.
Una gran variedad de trabajadores se empezaron a organizar para luchar por mejoras salariales: pilotos automovilistas, empleados de cine, trabajadores de los muelles, empleados de comercio, obreros de fábricas de calzado, panaderos, trabajadores de aserraderos, de fábricas de muebles, tipógrafos, trabajadores de hilados y tejidos, obreros de los ingenios azucareros y de las plantaciones bananeras de la UFCO.
La organización paulatina de los trabajadores y sectores populares dio como resultado el surgimiento de la Confederación de Trabajadores de Guatemala y su aliada Confederación Nacional Campesina. En 1949 fue fundado el Partido Guatemalteco del Trabajo, de orientación estalinista, entre cuyos miembros estaban los principales dirigentes sindicales.
Polarización de intereses en el seno de la revolución  
Durante el período de gobierno de Arévalo se dio una paulatina diferenciación de intereses dentro de las fuerzas que realizaron la revolución. Como sucede en toda revolución democrático burguesa, la base popular del movimiento revolucionario al inicio sigue a los líderes burgueses o pequeño burgueses, pero en el curso de los acontecimientos va adquiriendo poco a poco consciencia de sus intereses y cada vez con más fuerza empieza a enarbolar sus propias reivindicaciones, que chocan con los límites que la dirigencia burguesa o pequeño burguesa quiere imponer a la revolución.
La oligarquía terrateniente fue la primera en oponerse a las medidas de la Junta Revolucionaria de Gobierno y luego a las del gobierno de Arévalo, pues sus intereses fueron gravemente afectados, junto a los de la imperialista UFCO. En alianza con las empresas gringas, la oligarquía y militares reaccionarios urdieron numerosos complots e intentos de golpes de estado contra el régimen arevalista.
La naciente burguesía que crecía al amparo de las transformaciones revolucionarias, pronto empezó a tornarse asustadiza y temerosa ante el auge organizativo del movimiento obrero-campesino. Los antiguos revolucionarios que invirtieron en negocios empezaron a identificarse cada vez más con la burguesía incipiente de los últimos años del régimen de Ubico e incluso con la vieja clase terrateniente derrotada.
La polarización se agudizó con la llegada de Arbenz al gobierno. La campaña orquestada por el imperialismo y la oligarquía terrateniente contra Arbenz, basada en el temor al “comunismo", encontró fuerte eco en estos nuevos empresarios, que al final terminaron apoyando la contrarrevolución.
El gobierno de Arbenz
El objetivo del programa de gobierno de Arbenz era modernizar la economía de Guatemala dentro de los marcos del régimen capitalista. Para ello la primera medida sería erradicar los restos de relaciones semiserviles que quedaban en el agro y por medio de una reforma agraria, aumentar los ingresos de la población del campo; esto formaría un mercado interno que nutriría el surgimiento de una industria nacional fuerte.
Para romper con el dominio que tenía el capital imperialista sobre los puertos, el ferrocarril y la energía eléctrica, Arbenz se propuso crear un puerto nacional en el Atlántico, la construcción de una carretera al Atlántico, y la construcción de la planta hidroeléctrica nacional Jurún Marinalá.
El gobierno de Arbenz se basó en los partidos de la pequeña burguesía radicalizada y de empresarios progresistas. Tuvo el apoyo incondicional del PGT y las centrales sindicales dirigidas por éste.
El PGT consideraba que la revolución guatemalteca debía consistir en la eliminación de las trabas que imponían las relaciones simifeudales del campo y las compañías imperialistas al desarrollo de una economía capitalista moderna. El PGT debía luchar por un gobierno amplio integrado por la clase obrera, los campesinos, el sector patriótico de la burguesía nacional y la pequeña burguesía, y concebía que el proletariado paulatinamente conquistaría la hegemonía en tal gobierno en virtud de su mayor organización y consciencia política.
Esta visión de la toma del poder como un proceso evolutivo fomentó en los obreros y campesinos guatemaltecos la fe en las instituciones de la democracia burguesa, en primer lugar, en el ejército.
La polarización iniciada a finales del gobierno de Arévalo se agudizó con las primeras medidas tomadas por el de Arbenz, en especial por la implementación de la reforma agraria en 1952. La oligarquía terrateniente y la imperialista UFCO, principales afectadas, extremaron la campaña de desprestigio nacional e internacional contra el gobierno.
La caída de Arbenz
El ascenso del movimiento popular y el apoyo a las reivindicaciones campesinas por parte del movimiento obrero organizado dieron a la reforma agraria, pensada para estimular el desarrollo capitalista, un contenido que amenazaba rebasar los límites deseados por la burguesía nacional. La nueva burguesía, a medida que el proyecto revolucionario se radicalizaba empezó a renegar de su propio proyecto y buscó alianza con los terratenientes y el imperialismo, temerosa de que las fuerzas populares desatadas se volvieran contra el capitalismo y la dominación burguesa.
La situación planteada exigía llevar la revolución a una nueva fase, a un nuevo enfrentamiento. Pero el hecho de que el proletariado y el campesinado guatemaltecos eran jóvenes y sin experiencia, aunado a que sus líderes no fomentaban su independencia como clase, sino más bien promovían la confianza en las instituciones, partidos y líderes burgueses, permitió que el enfrentamiento se diera en condiciones desfavorables a la revolución.
La alianza burguesía, terratenientes e imperialismo compró las voluntades de los mandos del ejército. Cuando el grupo armado contrarrevolucionario de Castillo Armas invadió el territorio nacional, el “ejército de la revolución” no opuso resistencia, salvo escasas excepciones. Las organizaciones campesinas y obreras, educadas en la confianza en el ejército y no en la creación de sus propias milicias armadas, escasamente pudieron enfrentarse a los reaccionarios y en los casos en que lograron hacerlo, magramente armados, fueron masacrados.
Como conclusión debemos resaltar la importancia fundamental de mantener la independencia de clase de los sectores populares (obreros, campesinos, indígenas pobres, desempleados, etc.) con respecto a las clases burguesa y pequeño burguesas y sus partidos en los procesos revolucionarios.

·          TRANSFORMACIONES SOCIOECONÓMICAS Y POLÍTICAS DE LA REVOLUCIÓN.

Revolución política es aquella que se presenta cuando nuevas circunstancias económicas y sociales han comenzado a transformar la sociedad, pero las leyes e instituciones políticas tienden a frenar los cambios de mayor envergadura. La creencia radica en que al conseguirse los cambios en personal y estructuras políticas, las transformaciones económicas y sociales llegarán a un ritmo más acelerado y podrán desarrollarse por completo. Las revoluciones de 1830 y 1848 son buenos ejemplos de revoluciones políticas.
La característica más importante que posee es la no pretensión de transferir riquezas y/o propiedades de un grupo social a otro, generalmente quienes impulsan estas revoluciones ya cuentan con poder económico y lo que buscan es la abolición de restricción para aumentar su riqueza. Tienden a no ser sangrientas en términos relativos. En sus inicios la Revolución Francesa era fundamentalmente política
Las revoluciones políticas se contraponen a las revoluciones sociales que sí alteran las relaciones de propiedad. Lo que comienza como revolución política puede derivar, por poco tiempo, en revolución social
Revolución es una alteración absoluta de las estructuras establecidas en un orden social y político para ser sustituidas por otras distintas. Es la sustitución del orden social sobre el cual se basaba el anterior aparato político. Se considera que la situación está corrompida por completo y es imposible reformarla, por lo tanto la única solución es erradicarla en su totalidad y sustituirla por algo nuevo.

·         LAS CLASES Y LA LUCHA DE CLASES DENTRO DEL PROCESO REVOLUCIONARIO Y LAS TENDENCIAS DE CAMBIO DEL PROCESO DEMOCRÁTICO REVOLUCIONARIO.

El movimiento pluriclasista de junio de 1944, después de lograr su objetivo inicial de derrocar el presidente Ubico, mantuvo durante algunos meses sus rasgos antidictatoriales como principal expresión de su carácter. Sin embargo. Cuando la situación interna del país y la influencia de la lucha antifascista en el mundo lo llevaron a desembocar en el levantamiento militar y civil de octubre 1944, pronunció su tendencia democrática burguesa. El movimiento democrático reflejó espontáneamente la desesperación y la decisión de las masas urbanas, encabezadas por un sector pequeño burgués muy poco organizado. Dada la heterogénea amplitud de las fuerzas sociales participantes, lo que entonces se llamó “unidad de la familia guatemalteca” no fue más que la expresión de un pluriclasismo que se proponía el establecimiento de una legalidad liberal y el ejercicio de los derechos democráticos elementales. El decreto de octubre de 1944 de la Junta Revolucionaria de Gobierno, que proclama los objetivos del movimiento, señaló los alcances del nuevo régimen, las condiciones de aquel momento y los límites de los “postulados” de la revolución, los cuales, formulados en esta oportunidad, tuvieron una repercusión progresista. La oligarquía terrateniente no se hizo ilusiones en cuanto a la “unidad de la familia guatemalteca” y, al ver afectado su dominio político, no intentó adaptarse al rumbo de los nuevos tiempos, sino se aferró al pasado. A partir de entonces, las contradicciones existentes en el seño de la sociedad guatemalteca que estallaron de junio a octubre de 1944, continuaron haciéndose presentes en diversos niveles y grados de profundidad. A la euforia de las primeras horas, a la embriaguez que produjo el hecho de haber concluido con la pesadilla de la dictadura ubiquista, siguieron ya las demandas políticas, sociales y económicas que fueron perfilando los futuros conflictos. La ideología pequeño burguesa, democrática pero siempre heterogénea, encontró en el arevalismo su expresión reformista, con una fórmula que, en lo esencial, no tendía a desarticular la base de la dominación terrateniente-burguesa sino sólo a modernizarla. Sin embargo, movida por su propio impulso inicial, por la dinámica de las contradicciones de una formación económica social caduca y por los estímulos 1 Originalmente publicado en en la revista guatemalteca Alero (Tercera Época, No. 8, Sept.-Oct. 1974). El autor, Huberto Alvarado, era en ese momento Secretario General del Partido Guatemalteco del Trabajo. Pocos meses después moriría torturado por un escuadrón de la muerte. 2 de los cambios que se operaban en el proceso mundial, empezó a acelerar el ritmo de la lucha de clases.

·         “INTERVENCIÓN CONTRARREVOLUCIONARIA DE 1954 Y LA GUERRA INTERNA”.

El golpe de estado que estremeció a Guatemala en 1954 fue el resultado de la operación encubierta llamada PBSUCCESS(Criptónimo CIA). Esta fue organizada por la CIA estadounidense para derrocar a Jacobo Arbenz Guzmán, el Presidente de Guatemala democráticamente electo, por oponerse a los intereses de la United Fruit Company y por permitir que los miembros del ampliamente minoritario partido comunista de Guatemala -Partido Guatemalteco del Trabajo- influyeran en las decisiones más importantes de su gobierno.
 gobierno de Árbenz presentó una serie de reformas que el espionaje estadounidense consideró comunistas y atribuyeron a la influencia soviética. Entonces propalaron el temor a que Guatemala se convirtiese en lo que Allen Dulles llamó "una cabeza de playa soviética en América"1 (posición enemiga para la invasión). Estas acusaciones fueron utilizadas por la CIA y la administración de Eisenhower, durante la era anticomunista del Macarthismo. Principalmente el presidente Árbenz promulgó una reforma agraria que perjudicaba a la multinacional estadounidense United Fruit Company, a los intereses de la oligarquía guatemalteca y movilizó a grupos de presión en Estados Unidos.
El Conflicto Armado Interno - también denominada Guerra en Guatemala, Guerra Civil en Guatemala o Enfrentamiento Armado en Guatemala-  fue la guerra civil interna ocurrida en Guatemala entre 1960 y 1996 y que enfrentó al Ejército de Guatemala con civiles subversivos organizados en una guerrilla. La guerra, que duró 36 años, dejó 250 000 personas muertos o desaparecidos y culminó de manera oficial con la firma de los Acuerdos de Paz.
La primera etapa de la guerra comenzó después del intento de derrocar al gobierno del presidente Miguel Ydígoras Fuentes, acción que emprendió un grupo de militares jóvenes en el Cuartel General Justo Rufino Barrios -también conocido como Castillo de San Rafael de Matamoros-, el 13 de noviembre de 1960 (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
Los oficiales que no quisieron aceptar el indulto ofrecido por el gobierno siguieron luchando, convertidos en guerrilleros, en alianza con miembros del Partido Guatemalteco del Trabajo -PGT- o Partido Comunista y otros grupos subversivos que surgieron en esos años (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
Organizaron entonces las Fuerzas Armadas Rebeldes -FAR-, integradas por diversos frentes comandados por Marco Antonio Yon Sosa, Luis Turcios Lima, Alejandro de León Aragón y otros jefes de facción. Las -FAR- se desintegraron por diferencias ideológicas entre los comandantes, y los frentes guerrilleros continuaron la lucha, separadamente, contra el Ejército regular, hasta la década de 1980, cuando organizaron la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca -URNG-

·         CAUSAS DE LA INTERVENCIÓN.

 Esta fue organizada por la CIA estadounidense para derrocar a Jacobo Arbenz Guzmán, el Presidente de Guatemala democráticamente electo, por oponerse a los intereses de la United Fruit Company y por permitir que los miembros del ampliamente minoritario partido comunista de Guatemala -Partido Guatemalteco del Trabajo- influyeran en las decisiones más importantes de su gobierno.


·         DERROCAMIENTO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO Y CONSECUENCIAS PARA EL PAÍS.

El 20 de Octubre en Guatemala se celebra la gesta cívico-militar que en el año de 1944 derrocó al General Federico Ponce Vaides, breve sucesor de la dictadura de 14 años del General Jorge Ubico. La Revolución de Octubre, trajo para Guatemala lo que se ha llamado la primavera democrática que fueron 10 años de desarrollo, modernización y progreso para nuestro país, que lamentablemente fue truncada por la Invasión de los Estados Unidos para Guatemala.

·         LAS DICTADURAS MILITARES, LA GUERRA FRÍA Y LA DOCTRINA DE LA SEGURIDAD NACIONAL. ( AQUÍ ABRIL)
Doctrina de la seguridad nacional es un concepto utilizado para definir ciertas acciones de política exterior de Estados Unidos tendientes a que las fuerzas armadas de los países latinoamericanos modificaran su misión para dedicarse con exclusividad a garantizar el orden interno, con el fin de combatir aquellas ideologías, organizaciones o movimientos que, dentro de cada país, pudieran favorecer o apoyar al comunismo en el contexto de la Guerra Fría, legitimando la toma del poder por parte de las fuerzas armadas y la violación sistemática de los derechos humanos.
Si bien nunca recibió oficialmente el nombre de Doctrina, esta denominación es ampliamente reconocida en muchos ámbitos académicos y gubernamentales, y su existencia es demostrable según la interpretación de los informes desclasificados por el gobierno de EE. UU., la CIA y los memoranda del Consejo de Seguridad Nacional.

·         LA GUERRA INTERNA (CAUSAS, CARACTERÍSTICAS Y CONSECUENCIAS).

El Conflicto Armado Interno - también denominada Guerra en Guatemala, Guerra Civil en Guatemala o Enfrentamiento Armado en Guatemala-  fue la guerra civil interna ocurrida en Guatemala entre 1960 y 1996 y que enfrentó al Ejército de Guatemala con civiles subversivos organizados en una guerrilla. La guerra, que duró 36 años, dejó 250 000 personas muertos o desaparecidos y culminó de manera oficial con la firma de los Acuerdos de Paz  (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
La primera etapa de la guerra comenzó después del intento de derrocar al gobierno del presidente Miguel Ydígoras Fuentes, acción que emprendió un grupo de militares jóvenes en el Cuartel General Justo Rufino Barrios -también conocido como Castillo de San Rafael de Matamoros-, el 13 de noviembre de 1960 (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
Los oficiales que no quisieron aceptar el indulto ofrecido por el gobierno siguieron luchando, convertidos en guerrilleros, en alianza con miembros del Partido Guatemalteco del Trabajo -PGT- o Partido Comunista y otros grupos subversivos que surgieron en esos años (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
Organizaron entonces las Fuerzas Armadas Rebeldes -FAR-, integradas por diversos frentes comandados por Marco Antonio Yon Sosa, Luis Turcios Lima, Alejandro de León Aragón y otros jefes de facción. Las -FAR- se desintegraron por diferencias ideológicas entre los comandantes, y los frentes guerrilleros continuaron la lucha, separadamente, contra el Ejército regular, hasta la década de 1980, cuando organizaron la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca -URNG- (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
Al principio, la guerrilla actuó en la región oriental -Zacapa, Izabal y Chiquimula-, pero fue abatida por las fuerzas regulares. Entonces, sus contingentes se movieron hacia Petén, el altiplano central y el occidental, y otras regiones del país, incluso la capital, donde comandos urbanos actuaron durante varios años (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
En el lapso comprendido entre 1980 y 1982, las fuerzas guerrilleras dominaban un amplio territorio y tenían el apoyo de muchos campesinos. Parecía que iban a vencer al Ejército de Guatemala, pero éste también se reorganizó y cambió de táctica, obtuvo más armamento, aviones y recursos humanos y, en acciones mejor dirigidas, logró recuperar las regiones tomadas por la guerrilla (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
El ataque del Ejército contra las facciones subversivas también afecto a las poblaciones campesinas de las regiones en que se desarrolló el conflicto armado, muchas de las cuales tuvieron que emigrar hacia otras regiones del país o a Honduras y México (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
Durante el gobierno del presidente Vinicio Cerezo Arévalo comenzaron las conversaciones entre la URNG y el Gobierno de Guatemala para una paz negociada. El 29 de diciembre de 1996, durante el gobierno de Álvaro Arzú, después de muchas reuniones y convenios, y con la intervención de la Organización de las Naciones Unidas -ONU-, se firmaron los Acuerdos de Paz (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
De acuerdo a un informe de la Comisión del Esclarecimiento Histórico (CEH) publicado en 1999, bajo el respaldo de la Organización de Naciones Unidas, precisó que el Ejército de Guatemala cometió un total de 626 masacres contra comunidades de campesinos durante la guerra. A la guerrilla guatemalteca se le atribuyen 32 (Juicio en contra de exguerrillero guatemalteco entra en su fase final, 2004).
En otras palabras, de acuerdo al a misma fuente,  entre el 90 y 94 por ciento de las masacres registradas durante el Conflicto Armado Interno fueron cometidas por el Estado de Guatemala  (Juicio en contra de exguerrillero guatemalteco entra en su fase final, 2004).


·         “LA GUERRA DE HOY SU REALIDAD SOCIOECONÓMICA Y POLÍTICA”.

Posterior a la intervención norteamericana de 1954 en Guatemala contra el gobierno democrático de Arbenz y después del triunfo de la revolución cubana en el 59, se produjeron cambios a lo largo de la década del 1960 también en Guatemala. Desde que se adoptó también la concepción del Estado-nación y se inicio su respectiva construcción en el marco de un modo de producción particular, matizado por la existencia y articulación de formas semifeudales y precapitalistas de producción, así como por su carácter dependiente; se profundizaron las contradicciones internas en la sociedad, dando como resultado: la agudización de la lucha de clases y el conflicto étnico-nacional, manifestándose en el país en su máxima expresión: la lucha armada y política. Los Estados Unidos, implementaron en el área su doctrina de seguridad nacional, la cual adopto la forma de la denominada estrategia de contrainsurgencia en 1963, y que los Estados como el guatemalteco, aplicarían en base al terror como principal elemento para sus campañas militares en contra de la insurgencia y de la población civil. La realidad demostró que, el Estado, contrario a lo estipulado en la carta magna, tanto durante la guerra como durante el actual proceso de paz, más bien ha cumplido la función histórica para la que fue creado, es decir, como instrumento de dominación de clase. En Guatemala, la descomposición y desintegración estructural y social, están relacionadas y son consecuencia del modo de producción, el nivel de las fuerzas productivas y el carácter de las relaciones de producción que se manifiestan y son inherentes a su Estructura económicosocial particular. En Guatemala, producto de la desigualdad social se hizo necesario el inicio de formas de lucha y confrontación más desarrolladas y radicales, que desembocaron en la utilización de las armas, la organización político-militar y el inicio y desarrollo de la lucha guerrillera para tomar el poder y hacer la Revolución en Guatemala. Luego de más de 36 años y habiendo firmado la paz por medio de la negociación política, dicho proceso trajo entre otras manifestaciones, también a los combatientes guerrilleros desmovilizados de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca –URNG-, los exguerrilleros y sus comunidades de la post-guerra; componentes de un fenómeno social de grandes proporciones; del cual, constituyeron parte y manifestación de la descomposición estructural y de la desintegración social del sistema durante la guerra, y que ahora en el contexto actual, se redibujan en nuevas formas como síntesis y producto de ese proceso complejo que se cerró con la firma de la paz.

·         LA INSTITUCIONALIDAD ESTATAL Y LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA.


La Institucionalidad es entendida como un atributo básico del imperio o de la república, dentro de un estado de derecho. Por consiguiente se entiende que, si un estado en ejercicio de su plena soberanía configura su distribución político-administrativa a la luz de la división de poderes, luego, esa república, se hará de todos los organismos (entendidos estos en abstracto) que dirijan ese imperio y su ejecución al servicio de las personas y en pos del bien común.
Cabe señalar que no existe completo consenso del alcance que se debe otorgar al término, así algunos atribuyen su carácter normativo-administrativo como la particularidad determinante de la institucionalidad y diferenciadora de los demás métodos de ejecución estatal, sin embargo otros la señalan como el apego de la sociedad contemporánea dentro del desenvolvimiento de las atribuciones gubernamentales, administrativas, constituyentes, legislativas y

En líneas generales e intuitivas, debe entenderse que una sociedad o un Estado tienen su institucionalidad más avanzada y fuerte, cuanto más eficientes sean las normativas y leyes que se aplican, y cuanto menos distorsiones se verifiquen en las regulaciones y resoluciones.
Participación Ciudadana

Los procesos de democratización del Estado en A.L. no sólo han implicado un proceso de reformas a la institucionalidad asociada al régimen político (Poder Ejecutivo, Legislativo y Partidos Políticos), sino también a las instancias del propio aparato estatal y en particular a la gestión gubernamental promovida desde estas instancias.
Estas transformaciones acaecidas en la gestión gubernamental dicen relación con la creación de mecanismos para la participación de la sociedad civil tanto en la formulación de políticas y decisiones públicas como en la gestión de servicios o programas públicos.
En este contexto entenderemos a la participación ciudadana como "el involucramiento e incidencia de la ciudadanía (y población en general) en los procesos de toma de decisiones, en temas y actividades que se relacionan al desarrollo económico, social y político, así como el involucramiento en la ejecución de dichas decisiones, para promover en conjunto con actores sociales e institucionales acciones, planificaciones y decisiones hacia el Estado"
4.1. Participación ciudadana en la formulación de políticas públicas.
Este proceso – ligado fundamentalmente a los procesos de descentralización – da cuenta de la gran formalización del proceso de participación ciudadana acaecido en A.L. en la última década, tanto por la vía jurídica (leyes de participación popular o promoción ciudadana en Bolivia o Colombia) como por la vía orgánica estatal. Sin embargo, como lo señalara Cunill, las evidencias recientes muestran que no se han producido avances a favor de una mayor participación de la sociedad civil, particularmente de los actores no tradicionales, en la formulación de las políticas y decisiones públicas.
Al respecto Cunill señala que "no obstante el discurso ampliamente favorecedor de la participación ciudadana, ésta no ha encontrado condiciones propicias para su ejercicio en los espacios gubernamentales, cuando se ha vinculado con la posibilidad de contribuir a su propia democratización. Por el contrario, pudiera sustentarse más bien que las propias formas que se tienden a adoptar para la institucionalización de la participación de la sociedad civil en la esfera político estatal pueden ser explicativas de sus límites, habida cuenta que en vez de facilitar el incremento de la representación social, ellas pueden legitimar la propia corporativización del aparato estatal, limitando aún más su publificación ."
Esta hipótesis planteada por Cunill, se sustentaría en el supuesto de que la participación ciudadana constituye un potencialidad democratizador, capaz de producir cambios en las asimetrías de la representación política y social. Sin embargo, también se puede admitir que los mecanismos de participación pueden asentar o aliviar las inequidades, generando condiciones para legitimar o problematizar, respectivamente, sobre el modelo de desarrollo que las implica.
De ahí que para poder abordar los temas de la institucionalización de la relación del estado con la sociedad civil por medio de la participación en las políticas y gestión públicas es necesario considerar a los sujetos de la participación social, las modalidades de participación, así como los ámbitos en los que se ejerce.
En general los sujetos de la participación con los que se relaciona el Estado tienen un acceso diferenciado según sean los intereses sociales asociados a las instancias de decisión estatal, por tanto se conforman a partir de intereses particulares y de la oferta estatal. Las modalidades más favorecidas de participación en este contexto en la mayoría de A.L., se expresan por medio de la concepción de los sujetos como clientes o consumidores (más que como sujetos políticos, afectando su capacidad de crítica y control que trascienda sus intereses particulares) operando a favor de una relación más mercantil que política con las instituciones públicas – estatales. En cuanto a los ámbitos de participación social, existe una clara tendencia en la región por favorecer la participación ciudadana en el marco de la descentralización, relevando el ámbito local como lugar privilegiado para ella (no obstante las limitaciones estructurales de cambio en este ámbito)
Lo anterior nos llevaría a pensar por tanto que el desarrollo de mecanismos de participación ciudadana desde el Estado no necesariamente estimula la organización social, sino que puede devenir en desarticulación del tejido social y/o fortalecimiento de las asimetrías en la representación social, redundando en el debilitamiento de la sociedad civil.
No obstante ello, el Estado no sólo ha contribuido al constreñimiento de la sociedad, sino que también se ha fomentado un acceso diferencial a sus instancias de decisión por lo que le cabe a él la responsabilidad del establecimiento de las condiciones que aumenten la capacidad de representación e influencia, particularmente de los actores tradicionalmente excluidos, para que puedan acceder y expresarse con autonomía frente a los aparatos estatales.
Están en juego por tanto, la creación de oportunidades dirigidas a tales actores, que involucran no sólo su específico reconocimiento como sujetos políticos, sino el respeto a la organización social preestablecida y cuando ella no existe, la extrema.
De lo que se trataría por tanto es de la necesidad de la politización de las relaciones entre el Estado y la Sociedad Civil, frente a los procesos de fragmentación y exclusión social, política y económica que caracteriza a la mayoría de los países en la región.

4.2. La participación de la Sociedad Civil en la gestión de Programas o Servicios Públicos.
Para muchos autores existe la tendencia en los últimos años hacia una mayor demanda de participación de la sociedad civil en la gestión de los programas o servicios, sobre todo del campo social.
Una de las explicaciones a este fenómeno radicaría más que en el desarrollo de movimientos sociales autónomos, en la tendencia del propio Estado de impulsar, por medio de políticas post -ajuste, la participación de privados en el desarrollo de sus actividades (ONGs, Corporaciones o asociaciones de voluntariado, Organizaciones Sociales de Base, etc), enmarcadas dentro del desarrollo de una cultura de la corresponsabilidad política y social.
Esta corresponsabilidad debiese por un lado posibilitar oportunidades para aumentar las capacidades de desarrollo de la organización social y por otro lado la de ampliar la cobertura, la calidad y eficiencia en la prestación de los servicios públicos y con ello contribuir al logro de una mayor equidad social.
Al respecto Nuria Cunill plantea que las evidencias prácticas con relación a este sentido no son demasiado alentadoras, señalando que la tendencia sobre la base de estudios de casos reales " han mostrado que el involucramiento de ciudadanos consumidores, a través de la ayuda voluntaria en la producción de servicios públicos, aumenta la calidad de éstos - al ajustarse mejor a las necesidades de los usuarios-, pero también incrementa sus costos; que está condicionada a la asistencia financiera estatal, y, sobretodo, que dadas las resistencias burocráticas, tiende a quedar relegada sólo a los servicios públicos periféricos o suplementarios"
En la misma línea, respecto a la prestación de servicios públicos por parte de las ONGs, la misma autora señala que, la eficiencia y efectividad de su gestión está determinada en gran medida porque se desenvuelven a pequeña escala, poniendo en duda su capacidad de replicabilidad y de ampliación de su cobertura, así como la estabilidad y sustentabilidad de los programas impulsados por estas.
La experiencia tiende a mostrar que la participación de la comunidad en programas públicos está asociada a sus costos de oportunidad, crecientemente elevados a causa de la crisis, lo que obliga a relevar las actividades más estrictamente vinculadas a la supervivencia. Los programas sociales que han sido desarrollados en América Latina en corresponsabilidad con la sociedad civil exhiben entre sus resultados la fragmentación de los espacios de decisión y acción social, la lesión del tejido social existente, junto con el hecho de que la condicionalidad de los aportes gubernamentales a la exigencia de constituir determinados organismos hace a éstos altamente inestables.
No obstante lo anterior y pese a los déficit identificados, la tendencia predominante es asumir a la sociedad civil como un tercer sector, distinto del Estado y del Mercado (empresa privada) que identifica al espacio de las asociaciones humanos que no se basan en la coerción, sino en la interacción social para su reproducción.




·         AUTORITARISMO Y DEMOCRACIA.

El autoritarismo, entendido como forma de gobierno autoritario, se ha dado a lo largo de la Historia de la Humanidad. El autoritarismo es una de las características de sistemas dictatoriales. Un ejemplo actual de autoritarismo puede ser el Gobierno de Corea del Norte. En el contexto de las relaciones sociales, un ejemplo clasico de autoritarismo es el que en ocasiones se da en el entorno familiar. Se considera que existe un autoritarismo cuando los padres ejercen de figura de autoridad de una manera represiva, con fuertes normas y en ocasiones con métodos de control violentos.
Características del autoritarismo
En el autoritarismo, de una forma genérica, se puede encontrar una serie de características diferenciadoras. Una de ellas es la existencia de normas o leyes represivas que restringen la libertad. En muchos casos, se trata de medidas arbitrarias y que no responden a la justicia. El poder se concentra en unas pocas personas o grupos y ejercer el poder sin dar lugar a negociaciones. El autoritarismo no se corresponde con una única ideología, ya que se trata de una forma de ejercer el poder y la autoridad.
Autoritarismo y democracia
Una democracia o sistema democrático puede derivar en autoritarismo cuando a través de los medios como el ejército o la legislación se ejerce el poder de manera unilateral y represiva sin buscar el consenso social. Algunos líderes elegidos democráticamente han ejercido su poder de forma autoritaria, estableciendo leyes que corrompen la idea de democrática real y participativa. Esto ocurre especialmente cuando un partido que obtiene mayoría absoluta utiliza esa ventaja para realizar cambios, por ejemplo, en el sistema de acceso al poder.



·         LA POBREZA Y LAS EXCLUSIONES SOCIALES.
Diversos autores han planteado que el concepto de exclusión social quiere recoger aspectos y dimensiones más amplias que las que contempla el concepto de pobreza (Cabrera, 2002; Raya, 2004; Subirat et al., 2005). Con anterioridad a la utilización y aparición del concepto de exclusión social, las privaciones humanas eran caracterizadas como pobreza, recogiendo principalmente las carencias de necesidades básicas materiales en la que muchas personas se encontraban, de forma que la ausencia de recursos materiales imposibilitaba la participación en el consumo de bienes y en las condiciones de vida de una sociedad determinada.
En este sentido, se ha planteado una tipología de representaciones de pobreza en Europa (Simmel, en Hernández Pedreño, 2008): en primer lugar, la pobreza integrada, por la cual las personas pobres serían numerosas pero no estarían estigmatizadas, situadas en territorios que tradicionalmente se han considerado poco desarrollados; en segundo lugar, la pobreza marginal, que conformaría un grupo menor de población, al que se le consideraría como inadaptado y estigmatizado socialmente, y, por último, la pobreza descalificadora, que aglutinaría a un colectivo de población numeroso, al que se ha expulsado de la esfera productiva y que con anterioridad estaba integrado. Estas personas se encontrarían en situaciones de vulnerabilidad debido a la precariedad en el acceso a recursos básicos. A éstos sería a los que competería el concepto de exclusión social.
La participación en todas las esferas de una sociedad no se reduce exclusivamente a un aspecto económico y material, aunque éste sea muy importante. Existen otros obstáculos que impiden dicha participación. Se pueden tener recursos económicos muy bajos y no encontrarse excluido socialmente. Para recoger estas dimensiones y características, que el concepto de pobreza no contemplaba, emerge el término exclusión social.
La exclusión social es un proceso dinámico y acumulativo de barreras y dificultades que apartan de la participación en la vida social a personas, familias, grupos y regiones, con relaciones desiguales con el resto de la sociedad. La exclusión social lleva implícita una serie de características (Cabrera, 2005; Subirats et al., 2005):
  1. Es estructural, puesto que sus causas no se encuentran situadas en el plano individual sino en la estructura de las sociedades postindustriales, que genera acceso desigual a los recursos, así como espacios de desintegración y no participación, expulsando hacia los márgenes a sectores de población, o territorios. La merma del Estado de Bienestar y de los niveles de protección social han contribuido a acrecentar los procesos de exclusión y pobreza.
  2. No es una situación fija, sino un proceso dinámico, cambiante, que puede modificarse en diferentes sentidos, desde zonas de integración a zonas de exclusión, y nuevamente de integración. El riesgo y la vulnerabilidad son conceptos importantes en esta situación dinámica y las buenas prácticas de intervención y los recursos apropiados pueden hacer reversibles los procesos de exclusión.
  3. Es relacional, de relaciones construidas en el acceso desigual a los recursos con el resto de la sociedad, es decir, de carencia de relaciones de ciudadanía.
  4. Es multidimensional, pues no contempla una sola dimensión como conductora de los procesos de vulnerabilidad y exclusión, sino diferentes aspectos del desarrollo humano.
Esta multidimensionalidad es lo que permite hablar de forma diferenciada de pobreza y exclusión social. Como ha planteado Cabrera (2002), hablamos de pobreza cuando nos referimos principalmente a la privación de recursos materiales y económicos, mientras que utilizamos exclusión social cuando queremos incluir la ausencia de participación en la esfera no sólo económica, sino política, cultural y social, es decir, cuando se carece de los derechos de ciudadanía. Además, hace referencia a las dinámicas dentro/fuera de la sociedad en la participación de las personas y grupos en distintas esferas de integración, como son el mercado de trabajo, las relaciones sociales y familiares o la vivienda (García Laso, 2003). Más concretamente estas dimensiones que componen la exclusión social son:
  • La escasez económica, caracterizada por falta de ingresos suficientes o ausencia de los mismos. Está muy relacionada con el acceso al empleo y al mercado laboral, puesto que un trabajo estable, seguro y remunerado es un pilar básico de integración. Por tanto, el desempleo de larga duración o la inseguridad en el trabajo son elementos que generan vulnerabilidad y exclusión, ya que niegan, entre otros aspectos, el acceso a sistemas de protección. Los ingresos suficientes son además una garantía de consumo de bienes y servicios y por tanto de acceso a recursos, entre los principales la vivienda.
  • Las privaciones sociales, cuya pérdida principal son los lazos familiares y las relaciones sociales. La familia es fuente de apoyo en los momentos críticos de ausencia de recursos, de cuidados ante la pérdida de salud, de afectividad y de formación de la identidad. Es decir, las redes sociales y familiares permiten afrontar las adversidades y cubrir muchas necesidades vitales, permitiendo compartir conocimientos, interrelaciones e intercambio, intereses y afecto. Pero fundamentalmente evita el aislamiento y hace del ser humano un ser social.
  • La ausencia en la participación política, que puede conllevar ausencia de poder, de toma de decisiones tanto individuales como colectivas, de libertad, de derecho a ejercer el voto, o de protección de la justicia y de la legislación. Es decir, de vivir en condiciones de ciudadanos con derechos y deberes.
  • Las privaciones en los aspectos culturales y educativos, que pueden conllevar menor capacidad para afrontar sus necesidades y menor autonomía para conseguirlas. Disponer de adecuados niveles de instrucción, información, formación y conocimiento constituye un importante factor de protección.
Estas dimensiones se interrelacionan entre sí, puesto que una única dimensión no satisface las necesidades de las personas, grupos o comunidades. La acumulación de carencias en cada una de estas dimensiones genera una privación múltiple que limita las posibilidades de desarrollo y las salidas de la exclusión.
La exclusión social se muestra de forma diferente en cada sociedad y estado, determinada por las estructuras sociales, políticas y económicas en cada uno de ellos. Por otra parte, se relaciona con otros factores que pueden aumentar la vulnerabilidad hacia la exclusión como son la edad, el sexo y el género, y la etnicidad. En la medida que los estados fortalezcan y crezcan sus sistemas de protección y seguridad y eliminen las actuaciones segregacionistas en el acceso a los recursos, reducirán la vulnerabilidad y la exclusión social en sus sociedades.

¿Quiénes viven los procesos de exclusión social?

El 17% de los europeos, alrededor de 85 millones de personas, carecen de los recursos necesarios para cubrir sus necesidades básicas, en una de las zonas más ricas del planeta (EUROSTAT, 2010). Sin embargo, esta proporción puede ser mucho mayor si se contabilizan las personas y grupos que se encuentran en situación de vulnerabilidad hacia la exclusión social.
Diversos estudios han puesto de relieve una serie de situaciones o circunstancias que viven personas o grupos con mayores probabilidades de vulnerabilidad a la exclusión social, o que ya viven un proceso de exclusión social (Raya, 2004). Sin ánimo de ser exhaustivos, podemos destacar como colectivos principales los siguientes:
  • Las situaciones de precariedad laboral, desempleo de larga duración o jubilados anticipadamente, los trabajadores en empleos inestables, temporales, con baja remuneración y gran desprotección social.
  • Las familias monoparentales, especialmente las mujeres con la responsabilidad familiar no compartida, con personas dependientes ancianas, discapacitadas o con enfermedad.
  • Las personas mayores que se encuentran aisladas, sin familia o sin apoyos de ésta.
  • Las personas con drogodependencias, discapacidad psíquica o con escasa salud aisladas socialmente.
  • Las personas y familias sin hogar, o con viviendas con alto grado de precariedad y sin acceso a los sistemas de protección.
  • Las personas convictas o ex convictas, que están aisladas de sus familias, sin apoyo social para lograr una reinserción social, así como todas las personas que están recluidas en instituciones habiendo perdido los lazos familiares.
  • Las personas que ejercen la prostitución, que quisieran dejarlo y no encuentran alternativas viables, así como aquellas que son víctimas del tráfico de mujeres con fines de explotación sexual.
  • Minorías étnicas, con acceso desigual a los recursos sociales, y en muchas ocasiones segregadas y estigmatizadas, como puede ser el caso de los gitanos y gitanas.
  • Las personas inmigrantes, especialmente las que se encuentran en situación irregular, viviendo situaciones de precariedad en todas las esferas vitales.
  • Las mujeres y niños víctimas de la violencia física, sexual o psicológica, que sufren la agresión continua del maltratador.
Estos colectivos de personas no se encuentran en una situación estática de vulnerabilidad o exclusión social, sino que tienen reducidas sus posibilidades de participación como ciudadanos y pueden cambiar. En la medida que las intervenciones sociales sean preventivas y reparadoras, y no paliativas y reproductoras (Estivill, 2003), se podrá erradicar dicha exclusión social.

Buenas prácticas de inclusión

Las buenas prácticas son referenciadas en muchos contextos y disciplinas, y existen multitud de publicaciones acerca de lo que se considera un buen hacer en cada una de ellas. Por tanto, existen unos criterios que permiten decidir si una actuación puede ser considerada como una buena práctica o no. Eso significa que puede servir de modelo para otras actuaciones y por tanto se le da un reconocimiento público de la misma.
Podemos considerar una buena práctica de inclusión social a aquella que tiene en cuenta todas las dimensiones que contribuyen a los procesos de exclusión social, e incide, en mayor o menor medida, en cada una de ellas, atendiendo a sus posibilidades y recursos. Por tanto, se trata de acciones que permiten la inclusión social de las personas, grupos y comunidades.
Partiendo de los criterios del Concurso de Naciones Unidas, una buena práctica de inclusión social debe tener en cuenta:
  • Que la intervención social produzca un impacto positivo y de mejora en las personas, familias, grupos o comunidades, aumentando las dimensiones (económicas, sociales, personales, educativas, culturales y políticas) que producen exclusión social. Puede incidir en mayor medida en alguna de ellas (como el fomento del empleo), pero debe tener en cuenta otras dimensiones de forma secundaria o complementaria (educativas o formativas).
  • Que genere la participación de la población destinataria, así como de las instituciones públicas y privadas, además de la participación de la sociedad civil. Los niveles de participación pueden ser diversos aunque el liderazgo recaiga en una institución en particular. En este sentido, la implicación de la mayor parte de agentes sociales, así como la coordinación y el trabajo en red permiten una mayor inclusión de la participación de todos, con diferentes responsabilidades en cada uno de ellos.
  • Que otorgue protagonismo a los ciudadanos, sintiéndose partícipes tanto en la toma de decisiones como en las acciones que se planteen. La participación ciudadana en los problemas de exclusión social promueve la corresponsabilidad de los factores que la producen y crea una mayor concienciación y sensibilidad sobre los problemas sociales y los colectivos afectados.
  • Que promueva la creatividad y la iniciativa innovadora en las intervenciones sociales, aprovechando los recursos a su alcance y generando otros nuevos para cubrir las necesidades sociales.
  • Que fomente las habilidades, capacidades y valores cívicos en las personas y los grupos con mayor vulnerabilidad, así como en el resto de la sociedad, fortaleciendo los vínculos y redes sociales de encuentro y participación.
  • Que las intervenciones sociales sean sostenibles por las personas, grupos y comunidades, puesto que las acciones puntuales contribuyen de forma poco estable a erradicar la pobreza y la exclusión social.
  • Que luche contra los procesos de discriminación, estigmatización y segregación de los colectivos en exclusión social, contribuyendo a la seguridad y la protección de los mismos, así como el fomento de sus derechos sociales.
  • Que no comprometa el futuro agotando o deteriorando los recursos disponibles.
  • Que pueda ser modelo de inspiración para otras acciones sociales. Los contextos sociales no son idénticos y muchas intervenciones sociales no pueden ser replicadas de un contexto a otro sin la adaptación necesaria. Sin embargo, pueden ser inspiradoras de nuevas ideas y modelos de intervención.
  • Que las intervenciones sean planificadas y gestionadas eficaz y eficientemente, aprovechando los recursos disponibles y haciéndolos sostenibles en el tiempo.
  • Que priorice e incorpore a aquellos colectivos en mayor desventaja social por cuestiones de género, etnicidad, edad, orientación sexual o cualquier otro factor que le sitúe en desventaja social.
  • Que las intervenciones sociales estén sustentadas en valores y códigos éticos, integrando la autocrítica y los resultados de las evaluaciones, en la que participen los agentes ejecutores, así como los destinatarios de la intervención.

       
·         LA INSTITUCIONALIDAD ESTATAL Y LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA.


La Institucionalidad es entendida como un atributo básico del imperio o de la república, dentro de un estado de derecho. Por consiguiente se entiende que, si un estado en ejercicio de su plena soberanía configura su distribución político-administrativa a la luz de la división de poderes, luego, esa república, se hará de todos los organismos (entendidos estos en abstracto) que dirijan ese imperio y su ejecución al servicio de las personas y en pos del bien común.
Cabe señalar que no existe completo consenso del alcance que se debe otorgar al término, así algunos atribuyen su carácter normativo-administrativo como la particularidad determinante de la institucionalidad y diferenciadora de los demás métodos de ejecución estatal, sin embargo otros la señalan como el apego de la sociedad contemporánea dentro del desenvolvimiento de las atribuciones gubernamentales, administrativas, constituyentes, legislativas y

En líneas generales e intuitivas, debe entenderse que una sociedad o un Estado tienen su institucionalidad más avanzada y fuerte, cuanto más eficientes sean las normativas y leyes que se aplican, y cuanto menos distorsiones se verifiquen en las regulaciones y resoluciones.
Participación Ciudadana

Los procesos de democratización del Estado en A.L. no sólo han implicado un proceso de reformas a la institucionalidad asociada al régimen político (Poder Ejecutivo, Legislativo y Partidos Políticos), sino también a las instancias del propio aparato estatal y en particular a la gestión gubernamental promovida desde estas instancias.
Estas transformaciones acaecidas en la gestión gubernamental dicen relación con la creación de mecanismos para la participación de la sociedad civil tanto en la formulación de políticas y decisiones públicas como en la gestión de servicios o programas públicos.
En este contexto entenderemos a la participación ciudadana como "el involucramiento e incidencia de la ciudadanía (y población en general) en los procesos de toma de decisiones, en temas y actividades que se relacionan al desarrollo económico, social y político, así como el involucramiento en la ejecución de dichas decisiones, para promover en conjunto con actores sociales e institucionales acciones, planificaciones y decisiones hacia el Estado"
4.1. Participación ciudadana en la formulación de políticas públicas.
Este proceso – ligado fundamentalmente a los procesos de descentralización – da cuenta de la gran formalización del proceso de participación ciudadana acaecido en A.L. en la última década, tanto por la vía jurídica (leyes de participación popular o promoción ciudadana en Bolivia o Colombia) como por la vía orgánica estatal. Sin embargo, como lo señalara Cunill, las evidencias recientes muestran que no se han producido avances a favor de una mayor participación de la sociedad civil, particularmente de los actores no tradicionales, en la formulación de las políticas y decisiones públicas.
Al respecto Cunill señala que "no obstante el discurso ampliamente favorecedor de la participación ciudadana, ésta no ha encontrado condiciones propicias para su ejercicio en los espacios gubernamentales, cuando se ha vinculado con la posibilidad de contribuir a su propia democratización. Por el contrario, pudiera sustentarse más bien que las propias formas que se tienden a adoptar para la institucionalización de la participación de la sociedad civil en la esfera político estatal pueden ser explicativas de sus límites, habida cuenta que en vez de facilitar el incremento de la representación social, ellas pueden legitimar la propia corporativización del aparato estatal, limitando aún más su publificación ."
Esta hipótesis planteada por Cunill, se sustentaría en el supuesto de que la participación ciudadana constituye un potencialidad democratizador, capaz de producir cambios en las asimetrías de la representación política y social. Sin embargo, también se puede admitir que los mecanismos de participación pueden asentar o aliviar las inequidades, generando condiciones para legitimar o problematizar, respectivamente, sobre el modelo de desarrollo que las implica.
De ahí que para poder abordar los temas de la institucionalización de la relación del estado con la sociedad civil por medio de la participación en las políticas y gestión públicas es necesario considerar a los sujetos de la participación social, las modalidades de participación, así como los ámbitos en los que se ejerce.
En general los sujetos de la participación con los que se relaciona el Estado tienen un acceso diferenciado según sean los intereses sociales asociados a las instancias de decisión estatal, por tanto se conforman a partir de intereses particulares y de la oferta estatal. Las modalidades más favorecidas de participación en este contexto en la mayoría de A.L., se expresan por medio de la concepción de los sujetos como clientes o consumidores (más que como sujetos políticos, afectando su capacidad de crítica y control que trascienda sus intereses particulares) operando a favor de una relación más mercantil que política con las instituciones públicas – estatales. En cuanto a los ámbitos de participación social, existe una clara tendencia en la región por favorecer la participación ciudadana en el marco de la descentralización, relevando el ámbito local como lugar privilegiado para ella (no obstante las limitaciones estructurales de cambio en este ámbito)
Lo anterior nos llevaría a pensar por tanto que el desarrollo de mecanismos de participación ciudadana desde el Estado no necesariamente estimula la organización social, sino que puede devenir en desarticulación del tejido social y/o fortalecimiento de las asimetrías en la representación social, redundando en el debilitamiento de la sociedad civil.
No obstante ello, el Estado no sólo ha contribuido al constreñimiento de la sociedad, sino que también se ha fomentado un acceso diferencial a sus instancias de decisión por lo que le cabe a él la responsabilidad del establecimiento de las condiciones que aumenten la capacidad de representación e influencia, particularmente de los actores tradicionalmente excluidos, para que puedan acceder y expresarse con autonomía frente a los aparatos estatales.
Están en juego por tanto, la creación de oportunidades dirigidas a tales actores, que involucran no sólo su específico reconocimiento como sujetos políticos, sino el respeto a la organización social preestablecida y cuando ella no existe, la extrema.
De lo que se trataría por tanto es de la necesidad de la politización de las relaciones entre el Estado y la Sociedad Civil, frente a los procesos de fragmentación y exclusión social, política y económica que caracteriza a la mayoría de los países en la región.
4.2. La participación de la Sociedad Civil en la gestión de Programas o Servicios Públicos.
Para muchos autores existe la tendencia en los últimos años hacia una mayor demanda de participación de la sociedad civil en la gestión de los programas o servicios, sobre todo del campo social.
Una de las explicaciones a este fenómeno radicaría más que en el desarrollo de movimientos sociales autónomos, en la tendencia del propio Estado de impulsar, por medio de políticas post -ajuste, la participación de privados en el desarrollo de sus actividades (ONGs, Corporaciones o asociaciones de voluntariado, Organizaciones Sociales de Base, etc), enmarcadas dentro del desarrollo de una cultura de la corresponsabilidad política y social.
Esta corresponsabilidad debiese por un lado posibilitar oportunidades para aumentar las capacidades de desarrollo de la organización social y por otro lado la de ampliar la cobertura, la calidad y eficiencia en la prestación de los servicios públicos y con ello contribuir al logro de una mayor equidad social.
Al respecto Nuria Cunill plantea que las evidencias prácticas con relación a este sentido no son demasiado alentadoras, señalando que la tendencia sobre la base de estudios de casos reales " han mostrado que el involucramiento de ciudadanos consumidores, a través de la ayuda voluntaria en la producción de servicios públicos, aumenta la calidad de éstos - al ajustarse mejor a las necesidades de los usuarios-, pero también incrementa sus costos; que está condicionada a la asistencia financiera estatal, y, sobretodo, que dadas las resistencias burocráticas, tiende a quedar relegada sólo a los servicios públicos periféricos o suplementarios"
En la misma línea, respecto a la prestación de servicios públicos por parte de las ONGs, la misma autora señala que, la eficiencia y efectividad de su gestión está determinada en gran medida porque se desenvuelven a pequeña escala, poniendo en duda su capacidad de replicabilidad y de ampliación de su cobertura, así como la estabilidad y sustentabilidad de los programas impulsados por estas.
La experiencia tiende a mostrar que la participación de la comunidad en programas públicos está asociada a sus costos de oportunidad, crecientemente elevados a causa de la crisis, lo que obliga a relevar las actividades más estrictamente vinculadas a la supervivencia. Los programas sociales que han sido desarrollados en América Latina en corresponsabilidad con la sociedad civil exhiben entre sus resultados la fragmentación de los espacios de decisión y acción social, la lesión del tejido social existente, junto con el hecho de que la condicionalidad de los aportes gubernamentales a la exigencia de constituir determinados organismos hace a éstos altamente inestables.
No obstante lo anterior y pese a los déficit identificados, la tendencia predominante es asumir a la sociedad civil como un tercer sector, distinto del Estado y del Mercado (empresa privada) que identifica al espacio de las asociaciones humanos que no se basan en la coerción, sino en la interacción social para su reproducción.




·         AUTORITARISMO Y DEMOCRACIA.

El autoritarismo, entendido como forma de gobierno autoritario, se ha dado a lo largo de la Historia de la Humanidad. El autoritarismo es una de las características de sistemas dictatoriales. Un ejemplo actual de autoritarismo puede ser el Gobierno de Corea del Norte. En el contexto de las relaciones sociales, un ejemplo clasico de autoritarismo es el que en ocasiones se da en el entorno familiar. Se considera que existe un autoritarismo cuando los padres ejercen de figura de autoridad de una manera represiva, con fuertes normas y en ocasiones con métodos de control violentos.
Características del autoritarismo
En el autoritarismo, de una forma genérica, se puede encontrar una serie de características diferenciadoras. Una de ellas es la existencia de normas o leyes represivas que restringen la libertad. En muchos casos, se trata de medidas arbitrarias y que no responden a la justicia. El poder se concentra en unas pocas personas o grupos y ejercer el poder sin dar lugar a negociaciones. El autoritarismo no se corresponde con una única ideología, ya que se trata de una forma de ejercer el poder y la autoridad.
Autoritarismo y democracia

Una democracia o sistema democrático puede derivar en autoritarismo cuando a través de los medios como el ejército o la legislación se ejerce el poder de manera unilateral y represiva sin buscar el consenso social. Algunos líderes elegidos democráticamente han ejercido su poder de forma autoritaria, estableciendo leyes que corrompen la idea de democrática real y participativa. Esto ocurre especialmente cuando un partido que obtiene mayoría absoluta utiliza esa ventaja para realizar cambios, por ejemplo, en el sistema de acceso al poder.